lunes, 28 de abril de 2008

¿Libertad o Amor, tenemos la elección?


Desde Marcelo en adelante he detenido el ritmo de sexo furtivo con chicos como final de noche de fiesta, el motivo no es que no me haya parecido atractivo alguno en algún club; sino que me comencé a preguntar si ¿Este tipo de aventuras traería al chico indicado a mi lado o sólo era un periodo de entretención mientras conocía a una persona con la que valiese la pena intentar algo más serio?.

Hace tiempo que no tengo una relación estable, y si bien es agradable vivir la vida de forma libre, haciendo todo lo que se desea, y sin restricciones para tener buen sexo con todos los chicos guapos del circuito, el tener sexo después de una noche de fiesta y luego regresar solo a casa, sólo con un buen orgasmo a cuestas, no es siempre un móvil gratificante que te mueva día a día.

Ese día en el club todo me pareció distinto, si bien era una noche normal de sábado, no hubo ningún trago previo por lo que entre al lugar completamente sobrio, y mientras esperaba a mis amigos, subí al segundo piso para mirar a la pista. Es curioso como cada noche de sábado parece un “deja vu”, siempre parece haberse vivido una y otra vez. La misma gente, la misma música electrónica, el mismo olor a cigarro y la misma sensación de estar mirando una fiesta que parece durar para siempre.

Al rato no demoraron en llegar Osvaldo y Andrés, éste último está desde hace mucho tiempo en una relación estable, y si bien no es un noviazgo que se caracterice por ser idílico y carente de problemas, a él parece resultarle. De hecho, Andrés es una de las personas que no puede estar solo, necesita estar en una relación, pero una vez que la tiene necesita la libertad que perdió con la llegada del noviazgo.

Este último detalle es precisamente lo que le ocasiona la mayor cantidad de problemas con su novio, un chico celoso y que siempre está pensando que Andrés le será infiel. A pesar de ello, Andrés parece tolerar esas discusiones para lograr salir sólo un fin de semana. Osvaldo por su parte, es el promotor de soltería y la libertad por excelencia, no quiere por nada del mundo comprometerse, y cuando a tratado de verse en más de una ocasión con algún chico, siempre elige el que esta pololeando, él que no quiere compromisos; en resumidas cuentas el equivocado.

Mientras la noche seguía su curso, no pude evitar pensar que es lo que tiene una noche de club que hace que muchos la prefieran antes una relación estable. Si bien, la necesidad del ser humano es emparejarse, muchas personas están dispuestas a sacrificar el estar en algo estable por no perder la independencia. E incluso, muchos de los que ya tiene una relación estable la pierden por esa necesidad de poder salir tranquilos y libres a un club las noches de sábados.


¿Vale la pena quedarse sólo para ser libre y hacer todo lo que queramos sin que nadie nos controle o nos diga lo que tenemos que hacer?. ¿Las noches de fiesta con amigos pueden reemplazar una relación estable con alguien que nos pueda amar?. ¿Estaremos los chicos gays destinados a sólo bailar y bailar y hacer de nuestra vidas una fiesta interminable en la que no existe cabida para el amor?. Mientras termino de pensar en eso, voy por un trago, creo que ya lo estoy necesitando con urgencia.

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